lunes, 13 de abril de 2009

Historia de una historia

Lo confieso: Me encanta contar mis vivencias, y busco contarlas como si fueran batallas o batallitas donde yo soy el héroe y protegonista principal. Muchas veces me imagino la escena como si estuviesen los espectadores en un salón cómodo, cálido y agradable mientras afuera llueve a cántaros y el viento, húmedo y frío, no se presta para estar fuera de la casa; mientras yo asumo el papel de juglar y, con habilidad, voy hilvanando historias tal como si estuviera tejiendo un tapiz hermoso. Me encanta contar las historias con lujo de detalles, llevando el ritmo de la narración para mantener a la audiencia cautiva, fascinada, viviendo cada una de mis palabras como si ellos fuesen los héroes de ésta historia.

Los juglares se ganan la vida contando historias, reales o imaginarias, para todo aquel que quiera y pague por escucharlas; historias narradas con la maestría adquirida por las necesidades, donde las palabras son elegidas con cuidado y el mensaje tratado con mimo para que la audiencia quede hechizada ante la narración incesante y cautivante. Los juglares son artistas, con espíritus jóvenes y frescos, con grandes dotes improvisativas y, sobre todo, conocen el alma humana, ya que de ahí sacan todos sus relatos.

A todos les encanta escuchar historias, sobre todo si tienen finales felices. Todos quieren ser protagonistas en acontecimientos épicos y dramáticos. Todos quieren sentirse héroes, incluyendo los fracasados, que son los que se quedan en la taberna, bebiendo cerveza para olvidar lo patéticos que son, mientras cuentan al vacío sus batallitas, reales o imaginarias. ¡Es que contar historias se siente tan bien, cuando tienes un público!.

Para todos aquellos que tengan el toque del juglar, solamente puedo sugerir que dejen fluir, como el agua por un riachuelo, esa creatividad, ese gusto narrativo, esa capacidad por hechizar a los demás con historias vibrantes y llenas de pasión. Vivan a fondo sus vidas, sin miedo porque de las vivencias mas recientes nacen las mejores historias, las que atraen a los aventureros a las tabernas para descansar y recuperar fuerzas para luego proseguir la batalla denominada "vida"

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