viernes, 20 de marzo de 2009

Nihil novi sub sole

De pequeño me llamaba mucho la atención que los adagios, moralejas y consejos que escuchaba o leía siempre venían a pares y contrapuestos; es decir, por cada frase célebre que aconsejara una determinada acción, podía conseguirse otra que desaconsejara dicha acción. Al final me hartaba y hacía lo que me apeteciese en ese momento, sin mas cortapisas que mi conciencia.

¿Qué mas quisiéramos nosotros eliminar todas las incertidumbres en la vida?. ¿Saber exactamente cómo obrar ante determinadas situaciones?. Lamentablemente, no existe un libro que diga cuál es la forma "correcta" de vivir. Tampoco han existido personas tan iluminadas que jamás hayan cometido errores o haber sufrido como consecuencia de sus actos.

Vamos ciegos por la vida, sin saber a ciencia cierta las cosas que nos depara el porvenir, con apenas la experiencia del pasado y la conciencia como un bastón endeble que nos sirve para, mal que bien, detectar los fosos y piedras que podemos encontrar y, así sortearlos.

Joan Manuel Serrat plasmó con claridad ésta idea al tomar los versos de Antonio Machado y componer una canción hermosa: Cantares. De ahí, quiero extraer uno de sus versos.

Caminante, no hay camino
Se hace camino al andar
Al andar se hace camino
Y al volver la vista atrás
Se ha de ver la senda
Que nunca mas se ha de volver a pisar
Caminante, no hay camino
Sino estelas en la mar.


Hasta otra

No hay comentarios:

Publicar un comentario